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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Deseo no pedido

El vacío dejado por algo que cambio. Luz en dónde antes había una sombra querida. El desgaste del hasta siempre. La soledad. La atmósfera que genera el saberse solo y mal herido. La foto de tu peor enemigo, que antes era tu amigo. Las cada vez más escasas estrellas en el cielo de la ciudad. Contemplar absorto la luna como medio de distracción o alternativa de entretenimiento. Su rostro observando su tan amada tierra. La estrella fugaz, en viaje rapaz, atraviesa el firmamento. La idea de pedir que regrese todo a como era antes y se mantenga en un status quo permanente. Un segundo de reflexión, al escuchar que de fondo suena una canción que habla de la superación. La certeza que ese deseo que se guardó le servirá de talismán contra las nuevas dificultades que deba afronta en un futuro no muy lejano.

La nueva rosa

Una nueva rosa florece en mi jardín, allí, donde antes estaba la que se marchito con los soles. Los meses transcurrieron; los recuerdos son esas rocas en el cauce de un río y es el tiempo el agua que las erosiona, las desmorona. Las cosas cambian, se renuevan, mueren y la sombra de lo que fue es dispersada por la luz que trae la esperanza de lo futuro. Por reflejo he guardado un pétalo, dentro de un libro, de aquella vieja rosa. Ha desteñido, es verdad, y coloreado las páginas que ahora manchan los dedos. Mas no hay perfume más fuerte que el que emana la nueva rosa de mi jardín.

El Triángulo

Uno se equivoca, porque es humano. Parece que también Dios lo hizo, somos una demostración de esto. Son nuestros errores consecuencias de nuestras acciones o inacciones. Se esconden en las tentaciones, porque tendemos a la debilidad… El joven se arrepintió de no decirle lo que sentía y ahora la perdía. Ella, cegada, había elegido de manera incorrecta y lo sabía. El otro, porque siempre hay otro, solo se interesó en la flor antes de que esta se marchitara, luego es tarde. El viento, como el tiempo, erosiona. Y el error está en que lo que debía ser una línea recta es ahora un triángulo.

Falso profeta

El ave que volando cerca del cielo se incendia, nosotros en el suelo lo vemos como el Fénix en resplandeciente vuelo. Tantas veces cometemos este error, que ignorantes de tal hecho, admiramos fantasmas de gloria infinita que nunca existirán sobre o bajo el mar. Estallan las ofertas de salvación en cada mirada. Pero la prudencia muchas veces, por suerte, nos detiene, mas en algunas ocasiones esto no ocurre e irremediablemente abordamos un barco destinado a hundirse. Seguiremos entonces esperando, como los judíos, a que llegue nuestro Cristo, sin saber, quizá, que cada uno puede ser su propio Mesías y cada uno puede ser el capitán de algún mágico Titanic. A no desesperar, la vida suele ser un juego que nos da muchas sorpresas inesperadas.

El secreto en el relato

Vedado misterio para el vulgo, que de cuestiones de dioses no entiende. Pero nosotros sí, porque estamos más cerca que cualquier otro mortal de ellos. Creamos mundos, puede que por vanidad o por tristeza, para tener dónde escapar. Son estos orbes el resultado de enigmáticas composiciones mentales, que nos acercan a la locura muchas veces. Damos vida, por más que nuestros peones no escapen del tablero, tampoco lo hacen en el ajedrez. Damos muerte, pero no sentimos (casi nunca) remordimientos ni lástima, al menos no aquellos que están, como yo, cerca a lo Eterno, que no lamenta la pérdida de un cabello o la vida de alguien que puede morir. Es este borrador la máxima expresión humana de cercanía a lo Divino. Por otro lado, ¿dudarán mis personajes de mi existencia?

Tiempo perdido

Es catarata, pero no es agua lo que cae. Es algo mucho más escaso, aquello que comenzamos a gastar antes de nacer: el tiempo. Es relativo, bien se sabe que la luz juega con él, como tu conmigo. Es esa lejana estrella, que ayer brillaba tan fuerte, la que no podemos distinguir en la inmensidad del firmamento hoy. Solo tenemos la historia, mientras vivamos, pues en la mortaja no caben ni monedas ni libros. Todo relato es un espejo o un eco de algo que sucedió o sucederá; tal vez nunca, en la nada. La mano que guía nuestro camino, no conoce sobre destinos y tristemente, solo tenemos el tiempo que hemos perdido.

Sombra negra en el alma

Vive el Hombre en todos los hombres. Vive en la memoria de todos los hombres una mujer. Pero no es la que los ama, sino aquella que no los amó. Es la oscura sombra del dolor lo que perdura. Cuando nuestros mayores nos engendran temen dos cosas: que muramos o que nos rompan el corazón. En el alma de todos los hombres hay una Lilith, que en algún momento de su historia dejó una marca que no podrá sanar ninguna Eva. Pero solo un consuelo nos queda, como dijo Twain: “dondequiera que ella estaba (Eva), allí era el Edén” y no hay dolores que opaquen la belleza del paraíso, por más fuertes que sean.

Mal Sueño

Una suerte que se pierde, el cristal de los sueños rotos. Alguien golpea la puerta de tu subconsciente, aunque te sabes despierto. El cosquilleo de tu estomago es normal, estás cerca de algo sobrenatural. Eso que no te deja dormir, dormido, es lo que no hiciste, o lo que sí. Alegorías de cosas que no existieron, fantasmas que no conocerás, pero que en el fondo te aterran. Tu cerebro es el victimario de tu corazón y tú, como mediador, debes soportar el embate violento del ajuste de cuentas. Solo quedan mentiras, que al despertar no recordarás. Eso sí, ten cuidado con lo que despierto haces, tarde o temprano rendirás cuentas, aunque por experiencia, siempre es más temprano que tarde.

Costumbres nuevas

Es ese raro fenómeno, donde somos el espejo de alguien más. Nuestros gestos, nuestras palabras, nuestra forma de ser se funde con las del otro o al revés y somos un espejo. Luego sucede que el objeto ya no está y no hay nada que reflejar, pero por inercia pasamos a ser un eco, un eco distante de ese objeto/sujeto, que se apaga poco a poco. Y dudamos, porque quizá nunca existió ningún objeto, ni un espejo y no hay ecos, solo lo que nuestra conciencia no era y comenzó a ser, por alguna desconocida razón que no vive en la memoria. Esa extraña costumbre nueva, que sí vive en los gestos, en las palabras y en nuestra forma de ser.

Solo sueño

Cada vez me cuesta más distinguir mis sueños de mis recuerdos. A veces dudo si he contado o no algo. Tiemblo frente a personas con las que apenas he hablado, vacilando con respecto a las declaraciones que les he hecho nunca. No hay lugar que no me sea conocido. No hay estrella que no me sea conocida. Si acaso vivo en dos mundos distintos, no entiendo cómo comparten los lazos que son las personas. Tal vez un día no despierte y viva para siempre con alguien que no existió jamás. Mientras me remito a las pequeñas cosas: un día soleado, un vaso de té helado y el paisaje que solo ofrece una rosa.

Los Opuestos

Hoy nos separa el abismo de nuestras diferencias. Mi amor por los textos me pone en la cima de la montaña, tu estas a nivel del mar. Tus gustos, un océano infinito. Mi costa y tu costa no pueden verse, ni tan solo se imaginan. Solo los humanos podemos imaginar. Tal vez los libros, los idiomas, los sueños, te aparten de mí. Tal vez lo que somos se contradiga. Tal vez el blanco y el negro, esos bastos e inútiles colores, se odien. Tal vez el positivo y el negativo sean distintos, pero eso no quita que los polos opuestos se atraigan.