Sin lugar para escribir
La taza hace tiempo está vacía, porque ya no queda ninguna infusión para beber. Sobre la mesa me espera una lapicera sin tinta y un papel usado por poemas anteriores. Las luces apagadas envuelven la soledad como ella me envuelve a mí. Quedarán para otros días y para otras personas esos sueños de finales felices. Me perderé el futuro esperando un pasado que no volverá. Pero mi pesar será muy concurrido, porque la tristeza es abundante estos días.