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Mostrando entradas de julio, 2016

Ante el Rubicón

Los dados en la mesa auguraban la necesidad de una batalla, incluso para mí, que no creo en el destino. No veía en el horizonte cercano ningún hilo de agua que sea un punto de no retorno. Y sin embargo, mi cuerpo se preparaba para ese sentimiento posterior al fracaso inminente. Tal vez ya estaba combatiendo y todavía no lo sabía; saltar al vacío es un proceso que comienza cuando uno se levanta una mañana. Con la distancia de las décadas puedo verlo claro.

Otras circunstancias

Sus dedos pasean casi perdidos sobre el borde de la copa, todavía tibio por el calor de su boca. Habla de algo que no se puede repetir, algo de lo que se lamenta, pero no es algo que yo entienda. Estoy perdido en dos o tres colores que me distraen a confines insospechados. Uno descansa en sus ojos, como la tierra húmeda, fértil y cultivable. El otro en el escarlata de sus labios, que despiertan sentimientos que no sabía que todavía tenía. El tercero es el negro de su sombra, que se vuelve más intenso cada vez que se va. Tal vez descubra en mi indiferencia algo que no me atrevo a decir, pero que tampoco se quedará a escuchar.

Aquel jueves

Su muñeca se movía lenta pero firme mientras dibujaba una lágrima en el lienzo. Yo improvisé que esa gota también era el río y el tiempo, entre risas. Ella me miró, siempre con una sonrisa y se me acercó despacio como la niebla. Cuando ya podía sentir el calor de sus labios en mi mejilla susurró casi entre suspiros que todos los corazones tienen que romperse. Todavía intento demostrar que se equivoca, pese a los años y a mis derrotas.

Ante los cambios

Uno comprende que algo lo cambió cuando ya no recuerda cómo vivía antes de conocerlo. Pasa todo el tiempo, pero solo lo vemos si nos tomamos un minuto y giramos la cabeza hacía lo recorrido. Si una niebla nos bloquea la visión y no reconocemos nuestros pasos, el camino se volvió el destino. El resto es inexorable, puesto que el conocimiento es el punto de partida de nuevas preguntas. Sin embargo, más de una vez nos arrastrará la nostalgia y vacilaremos. Cómo era vivir sin ese referente, sin ese invento, sin esa sonrisa.