Para cualquiera
Me has dicho que la distancia que nos separa no se mide en metros ni en kilómetros. Esa duda existencialista y fría que acompaña y discurre entre nosotros es ahora la carga que llevamos en la espalda. Luces y espejos, marco y reflejo del momento complejo que a veces se debe enfrentar para luego callar. ¿Y ahora, después del final? Solo me queda el silencio, epílogo de la historia o prólogo de lo que está por venir. Es el problema de la esperanza, prolongará los sufrimientos hasta que nos quedemos sin vida, el precio último de todo. La poesía, si reflexiva, siempre tiene algo de tenebrosa y desesperanzada.