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Mostrando entradas de junio, 2013

Reloj de agua

Diluye su contenido la clepsidra cuando mis ojos contemplan los tuyos. Se espesa en la partida, como el aceite o peor, casi al punto del ahogo. Como quien debajo de las olas quiere gritar, pero se sofoca en agua que no sacia su sed. Se congelan los confines de su mundo y lo gélido se extiende hacía el corazón de su mundo. La superficie, de por sí blanda muchas veces, en la que se apoyan sus pies desaparece inevitable. Se vuelve incorruptible el sueño en la sistemática tortura de “tal vez si…”. Entonces de nuevo transcurre el líquido por un cuello más amplio y con brío el tiempo me abandona.

Las otras utopías

¿Deseo un desierto de sueños que no van a cumplirse? Vivir sin la esperanza de ver realizados proyectos imposibles. No seguir esperando la fluctuación del cauce de los ríos. Despojarme de la sensación de que es posible abrir los ojos por la mañana y no notar la diferencia. Es doloroso tenerlos, es cierto, pero sería triste solo vivir para respirar, comer y trabajar.

Un par de cuadras

Las baldosas no siguen un orden simétrico, pero no importan a la hora de llegar a un destino. Las puertas se suceden y quizá detrás de ellas esté el amor verdadero, pero no tocas a ninguna. El sol de la mañana, algunos días, vuelve rosas las nubes y hace las caminatas más nostálgicas. El viento es compañero y enemigo, como algún perro callejero que te sigue pero no se deja acariciar. Una canción que flota en la memoria obliga a ser tarareada y muchas veces dirá cosas que tu prefieres callar. ¿Y si vuelves tus pasos y tocas ese timbre que tanto anhelas?

Oportunidades

Se nos presentan bifurcaciones detrás de cada esquina y es inevitable preguntarse el camino a tomar. Otras veces, el camino lo elige otro y uno es víctima de un recorrido indeseado pero no necesariamente infructuoso. O al contrario, somos victimarios de uno, dos o tres a nuestro cargo. No nos podemos olvidar que cada elección tiene un costo, un camino que no seguimos. Una espera que no supimos realizar o una oportunidad que no dimos. Un fracaso desventurado o por elección ante una victoria injusta. La traición para ganar pese a ser peores por hacerlo. El amor o   la soledad acompañada. La certeza de amanecer cada día con una sonrisa o el miedo después de una pesadilla. El beso de día o el beso de noche, que sea de despedida o bienvenida.

Entre sueños

Los días se suceden como las hojas que caen de los árboles en otoño. Las noches dan origen a fantasías sin dirigir, o no siempre, que nos dan una versión alternativa del mundo. Épicos monstruos nos seguirán por laberintos en donde hay más de un Minotauro. Tal vez seamos un nuevo Teseo, u otra de esas innumerables víctimas. Pero también podemos estar parados, un instante después, en un jardín de rosas caminando de la mano con aquella persona que amamos. O amábamos y ya no está, pero no importa, porque ahora el mar es tormentoso y parece que no va a salir el sol. Y si la ola nos hace sentir diminutos como una nuez en el océano, se dificulta más si solos en un balcón vemos llegar el fin desde el cielo. Cabalgar en medio de una carrera para alcanzar un trofeo, con la multitud alentando, no se compara a meter el gol en último minuto, de visitante. Contemplar el abismo en la cornisa para que el abism

Mensaje perdido

Hay un mensaje dentro de una botella que flota entre las olas y que tal vez nunca lea nadie. Sin embargo, en un ejercicio poético, no nos podemos privar de imaginar qué contiene tal misiva. Aunque infantil, la idea de un mapa del tesoro es de lo más tentadora. Puede ser un mensaje explicando cómo alcanzar la paz mundial. Los consejos que siempre sirven en los momentos de turbulencia. La fórmula alquímica que permita transmutar el plomo en oro. Las palabras de algún poeta a ese amor que lo dejó y por lo tanto ya es suyo. El pedido desesperado de auxilio de un naufrago en una isla desierta. Las historias que soñaste antes de despertar y que ahora, como con el mensaje en la botella, no podremos saber.

Autorretrato

El lienzo blanco es el molde en el que comenzarás a dibujar las líneas de tu rostro. Serás más o menos realista según tus circunstancias porque el que sufre se suele idealizar feo. Marcarás u ocultarás cicatrices como heridas o trofeos según tu entendimiento. Habrás perdido y ganado guerras, como todos, pero solo una o dos valen la pena inmortalizar. Te rodearás de luz o de sombras, pero como todo, es algo que solo tú puedes elegir.