Caen y golpean
Una roca del espacio marcó para siempre nuestros destinos y sin embargo hoy no vemos ninguna cicatriz. ¿Cuántos meteoritos pasaron por nuestro cielo y cambiaron el curso de nuestras vidas? Se extienden como largas sombras esas palabras de despedida que nos entregaron al desconsuelo. Luego pasó, porque el dolor es un dique que con el tiempo rebalsa. Y nuevas plantas cubrieron las cenizas y la erosión llenó de arena las costas. A fuerza de sonrisas cubriste las lágrimas y el sufrimiento cedió. Se pueblan irremediables tus llanuras y es imposible ignorarlo. Esa historia termina ahí y es feliz y colorín colorado. Pero acá quedan superficies áridas y tormentas. Paisajes lunares, desérticos y cubiertos de deformidades. Y una vista perfecta hacia un paraíso al que ya no se pertenece.