Perdido en secretos
En el preludio de mi día fui capaz de ver y tocar mi cielo, desde la cobijadora sombra de la noche me parece utópico el sentimiento. Me resta la vida para esperar alcanzar de nuevo ese sol, acariciar esas nubes, contemplar el horizonte. Lo que queda es insomnio comparado con el momento soñado. Aunque se me ocurran algunas metáforas o versos para describir mis anhelos, todo esfuerzo es vano. Me resta una sola cosa por decir. Hay un par de labios tibios que evocan mi nostalgia.