Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2017

Esos días de lluvia

Las gotas surcan la piel como pequeños arroyos que desgastan el suelo y sin embargo desaparecen en la sequía. No importan los viejos fracasos, o los nuevos, porque el plañir del cielo bautiza y renueva. Los pies se vuelven pesados, o quizás es la ropa, pero no importa si es necesario arrastrarse. Las baldosas flojas esperan como trampas para osos o minas, aunque en el contexto no importan. Lejos, en la esquina pasada, algún problema se queda olvidado. Ojalá su desdicha sea eterna.

Esperando el temporal

Ella todavía sonriendo se acercó y suspiró que mis fracasos no eran derrotas. Pero que nuestra clepsidra ya se había agotado y tenía que dejarla partir. Una vez más contemplé por la ventana como la luz del sol se escabullía entra las hojas de los árboles. Un gato saltaba de rama en rama, siguiendo algo que yo no podía ver. El dramatismo se terminó con la puerta cerrándose suavemente a mi espalda. Por un momento me distraje y perdí de vista al gato, que ya no pude volver a encontrar.

Aburrimiento

Me aburren las danzas de las decisiones y los tiempos que se acaban porque los dejamos ir. No elegir es una elección y destruye la infinidad de posibilidades que tienen los días que mueren con el sol. La ventana me muestra nubes grises y rosas, las hojas que perdieron el color como mi suerte. El viento me acaricia la piel, pero amenaza con lastimar si me quedo mucho quieto. Los pájaros emigraron como prólogo de una estación que no va a ser recordada.

Ciclos que nunca terminan

No se apagaron las llamas, pese a que de lejos parezcan ascuas dispersas y sin leña. Pero quizá la tibia soledad del silencio haya erosionado esa imagen que varios se crearon. Detrás de los ideales, hay personas de carne, agua y huesos que se equivocan o mueren. Nuevas batallas se perdieron y aquellos soles ya solo dan sombras, porque la luz está en otro lado. En algún lugar alguien me susurra que todo pudo ser distinto y tendría el mismo sentido.