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Abuela

En el cielo tu estela y bajo mis ojos el prisma de lo pasado que se desliza despacio. Arrebatas de mi pecho todos esos sentimientos que tenía y ahora dejas un tumulto de nostalgias. ¿Será cierto que nuestro es lo perdido? Tengo dos o tres memorias que relatan tu nobleza y que revivo cada día. Te pienso como pienso a los que amo y tengo conmigo. Pero tu mano se me escapa en el sueño que todavía no me toca soñar.

Azares

La brisa arrebata del trébol los pétalos y la suerte parece intentar el escarnio. Si en algún punto deje de ser zar de mi destino y las noches se alargaron ella tuvo éxito. Se acumularán entonces los días de esperas innecesarias pues los dados se tiran una vez y para siempre. Pero seguiré esperando ese azar que convierta el siete sobre la mesa en un número amistoso. La vida es elegir, elegir es sacrificar y sacrificar es tener siempre el “qué tal si…” en la punta de la lengua.

Teseo y el Minotauro

Lo inverosímil del mito no es el laberinto, o el monstruo, o la victoria humana, es el hilo. Porque todo el resto, detalle más, detalle menos, son hechos cotidianos. Todos nos aventuramos alguna vez en un laberinto. Luchamos con algo que nos superaba y lo vencimos contra toda probabilidad. Pero la vida no es como Ariadna, no da una cuerda de oro para volver. Y por más arrojo que uno tenga, sin ayuda, el laberinto es la bestia.

Del otro lado

Se cierran las persianas de tus ojos y mi paraíso nunca estuvo tan lejos. El desierto es laberinto de arena, o hielo, o selva, o nada, o todo, pero siempre es muerte. Entonces estás del otro lado, como un faro anunciando que pese a las tempestades del mar hay tierra firme. El pesar suele ser menor cuando dos sombras se juntan y caminan como una sola.

La basura

Nos mienten cuando nos dicen que con el adiós alcanza y comienza una nueva historia. Viven en nosotros esas pequeñas fotos, retratos de aquel o aquella que nos dejó o echamos. Están esos gestos con la boca que no eran nuestros, esos movimientos de ojos. El gesticular con tal o cual mano, el terminar una frase con un chiste. Nos mienten y nos engañan, porque estamos débiles sin saber qué hacer. Entonces aparecen los manipuladores, los indeseables que sienten a la distancia el dolor. Uno sospecha que su placer reside en   aprovecharse, pero nos equivocamos, existe en la satisfacción ante el abuso del penar ajeno. Huirán como ladrones por la noche, como preludio de una cacería renovada. A los despojos de la primera pérdida se sumará la basura de los abusadores. Se apilarán los despojos de nuestra vida, mientras nos sumimos en los vestigios de lo que no superamos.

Únicos

Una larva comparte una hoja con sus congéneres, pero se siente reina, se siente especial. Una hoja comparte la rama con otras hojas, pero no le importa, tiene el sol que necesita. Una rama comparte el tronco, pero se ondula de la misma manera ante la impiedad del viento. Un árbol comparte una parcela del bosque, pero se sabe eterno, porque todos son uno. Un hombre se adentra en el bosque y se aventura por una senda que supone poco conocida. Ve en la hoja de uno de los tantos árboles, una larva y se enorgullece por ser el único humano que la conoce.

Una ráfaga de claridad

Despacio, muy despacio, se acerca y me asfixia la sensación de tenerla cerca. La realidad se difumina entre su presencia y su ausencia. En qué nuevo estadio se encuentra mi persona, cuando ya no se ven límites entre nuestras sombras. En algún libro reposa la respuesta a la pregunta que no hacemos. El sol pierde cada vez más su importancia, ya no importa qué se cante en las canciones.

Trayectoria solar

Se erige como ironía que envuelve nuestra historia y nos corroe como el tiempo. Es esa meta que surge de nuestros anhelos más profundos, utopía de la ventana Este, donde sale el Sol. Pero nuestras piernas se fortalecen y el infinito comienza a padecer de finitud. Lo que era imposible de superar, se alcanza, se posee y su valor se pierde. Nuestras esperanzas nos piden lo que no tenemos, obtenido se vuelven obsoleto. Tal vez sea cierto que amamos nuestros deseos, más que otras cosas. Aunque olvidamos que lo querido no siempre tiene su paralelismo con lo necesitado. El día se termina por occidente, las demás estrellas comienzan su jornada de protagonismo.