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Mostrando entradas de septiembre, 2013

Las derrotas en la memoria

¿Qué habrá sentido Ícaro en el instante previo a que sus alas se desintegren, cuando el cielo parecía al alcance de su mano? Tal vez lo mismo que Napoleón, el invencible, cuando miraba con deseo la estepa rusa. El poder y la seguridad de Hitler después de la invasión a Francia. La confianza en la mano de Teseo al ver tendido al Minotauro, ya sin vida. El júbilo de Troya ante la ofrenda gigante de un pueblo derrotado por sus murallas. ¿Qué habrán sentido Alejandro Magno y Julio César, amos del mundo? ¿Qué sentiste tú la primera vez que besaste con amor? Hoy recordamos sus finales, pero sin esas victorias no serían nada en la memoria.

Ladrones

Te sigo robando musas le dije a un amigo cuando caminábamos en el desierto que es la ciudad. Las viejas inspiraciones han sufrido el desgaste de menciones reiteradas y elegías agobiantes. Las nuevas flores todavía no florecen, pero algunas ya presumen una belleza que aún no vi. En la transición, usurpé esa imagen que es Irene, mujer de muchos, mujer de nadie. Las baldosas se hacen grandes mientras camino sin un destino definido. Las hojas que caen presagian un otoño inexistente pero que me aplastará. ¿Sabrá Olivia aprovechar sus oportunidades? ¿Seré yo capaz de dejarla?

Cuadro incompleto

Hay un lecho en algún sitio que está ocupado por una princesa que me piensa. Pero no me invocará, porque no soy para ella como Irene tampoco es para mí. Nuestros días serán siempre un reflejo de otros días más alegres que no fueron. Solo gotas que se acumularán en la clepsidra que me corresponde y que no podré vaciar. Las partes que faltan al retrato, se fueron perdiendo con el paso de los años. Si tan solo alguien hubiera protegido la pintura, hoy no sería solo un marco erosionado.  

El pueblo y los reyes

Cuenta una vieja historia, que tal vez se haya perdido en la memoria, que un rey gobernaba un pueblo conflictivo. Un día, ese pueblo compungido, decidió que no quería tener más a su monarca. Aunque resistió como pudo, el gobernante entendió que reino sin pueblo es solo un anillo de oro. La plebe, sin embargo, no se atrevió a ejecutar un ungido por Dios. Al estar el trono vacante, un par de príncipes y varios duques se lo disputaron. Tras sangrientas batallas, un nuevo rey surgió para dirigir a la multitud. Pero al poco tiempo, el nuevo monarca mostró sus falencias y con él no tuvieron tanta piedad. De esa manera, pasaron varias personas y ninguna pudo mantener calmadas a las fieras. Y en el corazón de todos los gobernados, vivió por siempre el recuerdo de aquel rey que despojaron sin saber que era el mejor de todos. ¿Qué habrá sido de él? ¿Habrá encontrado una nueva corona para su cabez

Los fuegos que parecen morir

Dilemas trae la noche entre musas de escritorio, algún sueño que quedó en el tintero y esos ojos que son promesa de futuro. Toda la tristeza que siente aquel que perdió no se compara con la del que espera alcanzar y nunca llega su momento. Porque el presente nos juega malas pasadas a veces y las estrellas caen del cielo. Pero en cada fracaso hay una secreta victoria que debemos atesorar. Las guerras que perdimos son las bases de nuevas contiendas. Hay llamas que aunque parece que se extinguen, solo necesitan algo de leña para volver a incendiar todo.

Conversaciones

Amo a Irene y saber que ella es acariciada por la lluvia que me acaricia a mí, me conforta pese a no ser el que la acompaña. Pero quien me escribe la aborrece, porque representa todo lo que perdió. Siente cierto aprecio por Olivia, pero nunca será capaz de amarla porque es un hombre de pasiones y su tibieza lo desalienta. Supongo que a mí también me desprecia y ha tratado de destruirme más de una vez. Sin embargo, en algunos días de particular nostalgia, se toma la molestia de dialogar conmigo. En una de sus reflexiones me dijo que yo era como el elefante atado en una pequeña estaca. Cuando tienen poco tiempo de vida se los ata y luchan hasta perder sus fuerzas. De grandes, recordando el suplicio que les causó aquella batalla no vuelven a intentar librarse. Y resaltó que, a diferencia de los elefantes, nosotros sí podemos superar el pasado y cortar la soga o arrancar la estaca. Al principio