Perdidos
Una estrella nos marco el camino a seguir, pero no pudimos. O tal vez hubo en nuestras vidas dos guías distintas que en un momento se cruzaron, sólo por un momento. Y vino el abismo, las soledades, las lágrimas huérfanas, las dagas del cielo, las luces se apagaron y ya no pudimos construir ningún puente. El resto se sabe: recorrer el desierto, ayudado por algún oasis para llegar al mar. La sirena es el destino. Puede ser la historia de cualquiera.