Ciclos
Se escapó de uno de tus ojos, que son como mundos perdidos, paraísos perdidos, hace tiempo. La vi bajar sin peajes por tu mejilla, pasar sin escándalo por la comisura de tu boca y caer al suelo. Iluso de mí, al pensar que allí terminó su viaje. Algún trapo viejo la limpió, pero no para quitarle la vida, sino para transportarla a otro destino. Por alguna cañería se mezcló con desechos menos nobles de nuestra humanidad. Llegó al mar, que es un infinito limitado, para descansar entre otras sales. Pero el sol así no lo quiso, y con sus rayos la evaporó. La tormenta la depositó en un campo lejano alimento de plantas o animales. Mañana quizá esté en el plato de cualquiera para luego ser llorada una vez más. Esperemos que esa vez sea de felicidad, así su existencia estará justificada.