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Prólogo y epílogo

Tus besos han sido, para mí, el prólogo y el epílogo de nuestro amor, enamoramiento o cualquiera de los nombres que la gente le pone a los sentimientos, una vez que los ha perdido y los recuerda dulcemente tras el paso implacable del tiempo, bajo el cobijo de una nueva vida. Prólogo porque una noche gélida, en la cual no estábamos muy abrigados, el frío nos obligó a buscar refugio, pero como todo estaba cerrado, lo único que encontramos fue un porche abierto e iluminado. La situación nos exhortó a abrazarnos, vos decidiste darme la espalda y mirar a la calle mientras hablabas. Yo, en cambio, suspiraba y los nervios comprimían mi estomago. Después de un rato,  mis escarchados labios encontraron tu hombro descubierto y tímidamente lo besaron. Sin mayor resistencia y muy lentamente fueron avanzando por tu anatomía, primero hasta el cuello, después hasta encontrar tus labios. El clima, a esa altura del relato, era más impetuoso que nunca, pero ya no importaba. Así comenzó. Epílogo po

Hay

Hay en las sombras un vestigio de algo que no llegas a comprender. Hay dudas, hay preguntas, hay miedos, hay decepciones, hay ex amores. Hay un mundo hipotético, paralelo, dónde las cosas se dieron de manera diferente. Hay dos personas que son una sola, un sí que no fue no, un amor que no fue odio. Hay, siempre, un tercero que sufre en silencio. Lo distintivo es que, en el mundo donde están esas cosas yo no estoy. Me toco este otro, el cruel, en el cual no soy más que un tercero que mira por una ventana la vida pasar y piensa. Te piensa.

Dos que caminan

¡Qué lindo ver caminar juntos a dos que se quieren! A pesar del calor y para malestar del frío caminan pegaditos, sonriendo, algunos dirían que hasta felices. Quizá lo estén. Mañana estarán las mentiras y las traiciones con los sin sabores de la finitud, pero eso hoy no les importa. Toda la belleza de ese par de manos cuyos dedos se entrelazan y al soltarse se extrañan es casi insoportable, mis ojos se cierran. Ellos van pero no conozco el rumbo, me está vedado tal conocimiento. Sólo se me permite mirar e imaginar ilusorios destinos. Una cena, una fiesta, el cine, la fantasía de leer bajo los árboles de una plaza cercana, con el sol como lámpara. Puede que no se amen, puede que sí. Mas no interesa, caminan juntos, sonríen, se besan y vuelven a sonreír. Seguro que a su alrededor el mundo baila o parece que baila, es lo mismo para fines prácticos. Me deben ver bailar en la multitud sin saber quién soy. Maravilloso el momento que comparten, maravillosa será la despedida parcial que pre

Libro nuevo

Por fin, después de mucho trabajo y de algunos problemas técnicos, sale a la luz mi segundo libro. Es una recopilación de 80 poemas, algunos inéditos. Espero que a todos les guste. Todas las historias son la Historia- Letras al viento

Mujer en lo oscuro

Emperatriz de un imperio olvidado y reina de muchos de mis sueños. Estás coronada por tus decenas de éxitos, tus virtudes y tus amistades. Te volviste inalcanzable y como a otros antes, me expulsaste cruelmente de tu vida. Las distancias se miden por tiempo y nosotros no nos volvimos a ver. Un desierto de miradas y llamadas colmó nuestras vidas. Pero todo pasa, sanadas las heridas están, hay dos o tres cartas sin entregar. Espero que en la inquebrantable seguridad de tu mundo encuentres este libro. Espero que entre los garabatos de este poema, me vislumbres, para comenzar a recordarme.

En el lugar equivocado

En algún lugar hay una esperanza que me espera. Todos buscamos las respuestas más allá de nuestras posibilidades y el cielo suele estar a nuestro lado. Pero, como en todo, los pesados dolores del existir nos arrastran inexorables, inflexibles. El camino parece infinito, y lo es, nunca se está donde se quiere, es la naturaleza del hombre. Miro el cielo y le suplico a la luna que por una vez extienda su mano maternal y me acoja en su pecho.

Ella se va

Ella se va, sí, me deja. Sus piecitos se persiguen inexorablemente lejos de mí. Me abandona a mi suerte, solo, en la oscuridad. Ella se va, sí, me deja. Me ha dejado junto a una despedida mecánica, distante. El balcón ya está vacío y detrás de las rosas miro con tristeza la partida. Ella se va, sí, me deja. Hay un par de preguntas que se quedarán sin respuestas. Guardaré por siempre el último beso que no le daré jamás. Ella se va, sí, me deja. Con mis soledades, esas que tiñen el fracaso en victoria. Con las almas que me acompañan y me entienden. Ella se va… sí… me deja...

Abandono filosófico

Toda negligencia es deliberada, todo casual encuentro una cita, toda humillación una penitencia, todo fracaso una misteriosa victoria, toda muerte un suicidio. Borges No es tan difícil de entender, pero a pesar de todo y todos, todavía duele. En Schopenhauer podemos leer que nosotros prefijamos nuestros actos y que somos absolutamente responsables de ellos. Por lo tanto, todo abandono, es un nuevo encuentro, aquel que nos deja en realidad ha sido expulsado por nosotros desde mucho antes. En sustancia, entonces, lo determinado por nosotros mismo es ese extraño y misterioso ente que llamamos Destino. Que, como dijimos arriba, no existe puesto que somos nosotros mismos. Ahora bien, toda prefijación debe tener su contrapartida en la historia del otro. ¿Qué hacemos cuando el abandono es sólo abandono? Tampoco es difícil, el rechazo llevará inevitablemente a un nuevo encuentro. Pero en ningún momento y bajo ninguna circunstancia estoy diciendo que sea con la misma persona, o en