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Mostrando entradas de julio, 2010

Orígenes del texto

He amado mujeres que hoy son, tan sólo, un vago recuerdo; o peor aún, un poema, pues no los puedo borrar. El tiempo galopa incansable y los días se filtran por el dique que es nuestra vida. La soledad muchas veces es la única compañía. También así las fantasías. Pero, varias veces esas soledades y fantasías se juntan en una mezcla siniestra y hasta absurda. De su apareamiento nace algo similar a la nostalgia. El dolor en el pecho, el vacío y el ensueño. De allí, el recuerdo de un cuerpo de antaño resurge, de una frase, de una sonrisa y tú le llamas poesía.

Día de mala suerte

La birome me abandona y manchas de tinta cubren mis dedos. Hay una carta que no va a ser terminada. Al mirar por la ventana he visto el sol y el cielo, pero al dejar mi casa me sorprender una tormenta de tierra y viento. La suerte me ha abandonado. Una canción china me recuerda que sólo el 30% es destino, el resto es batallar, entonces subo al colectivo. La ironía se presenta en la forma de una vieja amiga, mala compañía. Las palabras lastiman y mi experiencia reafirma la sentencia. El tiempo pasa y la estrella se esconde. Yo aún espero vencer a mi enemigo. Cruel sensación de falso atino, mi rival no se puede derrotar con un tiro.

La continuidad y tu silencio

El círculo se cierra y todo vuelve a comenzar. El sufrimiento y el amor, que tienen tanto en común, la vida y la muerte, lo bueno y lo malo. Pero un día esto no será así. Un día el círculo se abrirá y finalizará, en el fin de los días. Será ese, entonces, el destino del mundo. De cualquier modo, cada uno de nosotros posee su propio círculo, aunque este no es perfecto. La continuidad y repetición nunca es igual y los días no se suceden como en un conteo. Las experiencias nos enriquecen, por más que algunos digan lo contrario. Mi cielo tiene muchas estrellas que antes no conocía. El corazón nos duele, por cualquier motivo, valido o no. Es el día pasado el que me ha convertido en lo que soy y el camino no es lo que era. Todo tiempo pasado fue mejor y diré esto mañana del hoy que odio, pues la memoria nos engaña. El sol saldrá hasta que muera, todos moriremos y los que nos sigan hablaran de un círculo. Espero que ellos entiendan que no es perfecto porque nada lo es. O quizá sí. Todo lo pe

Oda al Sol de nuestra mañana

Es difícil no decir que aquel que nos otorgó la existencia tiene mucho derecho a reclamar el puesto de Dios, en nuestras vidas. Es aquella luz que nos guía en la complicada travesía de la subsistencia. Febo, Apolo, cualquier nombre que te otorguen, estás allí para mí. Ninguna nube podrá nunca oscurecer completamente mi cielo. La tormenta nos empuja hacia otro lugar, en las sombras, en el pánico, en el terror. Aquella oscuridad nos ciega tan completamente, que solo se puede ver con el corazón y en él tú siempre estás presente. Estás y es suficiente. El verso que te describe duerme en el pecho de todos los poetas. Aquellos que hemos dejado de contemplar por un segundo a tu mujer, la luna. Aquella que se esconde del calor de tu amor. Cuán necesario sería hoy ese calor, no se puede decir. Muchos iguales y mayores tienes en el vasto universo, pero sólo sobre ti hay escritos ríos de papel. Inti, Mitra, Elagabalus, Ra y tantos otros. Sol, tantos nombres te han dado, brillante disco del c

Velada de verano

Amiga, me castigas con tu silencio. Ahora sólo hay una solitaria nube gris, de tormenta, en mi cielo. La felicidad es un bien escaso y, ciertamente, no se puede desear a todo el mundo. Nuestras almas divergen en un océano de posibilidades. La tuya es firme, como una roca. Ha sufrido el desgaste del tiempo y de los males, pero sigue allí, a la espera de algo que no conozco, ni imagino. Mi alma, en cambio, es como aceite en este mar. Se adapta, se mueve, viaja, corre, discurre, mas no espera llegar a ningún lugar, no hay sitio para ella. Tampoco se mezcla con el agua salada, la evita. Los años escribirán en ti y yo me perderé en la corriente. Me queda el sol compañero de las tardes y mis sueños, en las noches. Igual, mi Utopía, si lees estas líneas, no me olvides. Has que mi nombre sea un nuevo mandamiento. El despertar será triste, pero la historia me devolverá el lugar que me has quitado.

Cometa

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Son las sombras de tu sueño el consuelo, la calma. Todas las tempestades se apaciguan y sólo hay paz. Víspera insostenible de tormento, neutralizada por la tranquilidad de tu mente. Cuesta levantarse a la mañana para volver a comenzar. Las hilachas de un paraíso se escapan lentamente, a la velocidad que la gélida sensación del agua en el rostro nos espabila y distrae. De nuevo los números, las penas, los desamores, las presiones, la muerte, o sea la vida. Tibio procurar del mediodía añorar la noche fría, en cuanto te reencuentres con ese otro mundo, universo, del cual eres Adán, Dios y la Serpiente. No hay más desierto que tu propio cielo. La congoja de despertar de una pesadilla, no se debe a ésta sino a no haber soñado algo hermoso. Lamentarse en el desayuno, de tostadas con miel, tan terrible y dolorosa pérdida, situación que te acerca al final. El infierno no es, como todos creen, el sufrimiento sino que es conocer una vez el Edén y no poder volver. A comparación, después, todo es