Algo nuevo bajo el sol
No tenía nada guardado, ni una sola carta bajo la manga, ninguna frase elocuente y sutilmente entrenada. El asalto me tomó desprevenido, pero con suficiente tiempo para replegarme detrás de la muralla y mirar desde una torre. El enemigo se alzaba imponente, pero no me buscaba a mí o a mis tropas, solo pasaba. El otoño nos regaba con una brisa suave y un sol sumiso, pero presente. Y el general que duerme en mí tenía ganas de abandonar la seguridad y arrojarse a una cruel batalla. Quién sabe cuál destino me esperaba ese día. Miles se salvaron y la historia ya no lo recuerda.