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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Prólogo y epílogo

Tus besos han sido, para mí, el prólogo y el epílogo de nuestro amor, enamoramiento o cualquiera de los nombres que la gente le pone a los sentimientos, una vez que los ha perdido y los recuerda dulcemente tras el paso implacable del tiempo, bajo el cobijo de una nueva vida. Prólogo porque una noche gélida, en la cual no estábamos muy abrigados, el frío nos obligó a buscar refugio, pero como todo estaba cerrado, lo único que encontramos fue un porche abierto e iluminado. La situación nos exhortó a abrazarnos, vos decidiste darme la espalda y mirar a la calle mientras hablabas. Yo, en cambio, suspiraba y los nervios comprimían mi estomago. Después de un rato,  mis escarchados labios encontraron tu hombro descubierto y tímidamente lo besaron. Sin mayor resistencia y muy lentamente fueron avanzando por tu anatomía, primero hasta el cuello, después hasta encontrar tus labios. El clima, a esa altura del relato, era más impetuoso que nunca, pero ya no importaba. Así comenzó. Epílogo po

Hay

Hay en las sombras un vestigio de algo que no llegas a comprender. Hay dudas, hay preguntas, hay miedos, hay decepciones, hay ex amores. Hay un mundo hipotético, paralelo, dónde las cosas se dieron de manera diferente. Hay dos personas que son una sola, un sí que no fue no, un amor que no fue odio. Hay, siempre, un tercero que sufre en silencio. Lo distintivo es que, en el mundo donde están esas cosas yo no estoy. Me toco este otro, el cruel, en el cual no soy más que un tercero que mira por una ventana la vida pasar y piensa. Te piensa.

Dos que caminan

¡Qué lindo ver caminar juntos a dos que se quieren! A pesar del calor y para malestar del frío caminan pegaditos, sonriendo, algunos dirían que hasta felices. Quizá lo estén. Mañana estarán las mentiras y las traiciones con los sin sabores de la finitud, pero eso hoy no les importa. Toda la belleza de ese par de manos cuyos dedos se entrelazan y al soltarse se extrañan es casi insoportable, mis ojos se cierran. Ellos van pero no conozco el rumbo, me está vedado tal conocimiento. Sólo se me permite mirar e imaginar ilusorios destinos. Una cena, una fiesta, el cine, la fantasía de leer bajo los árboles de una plaza cercana, con el sol como lámpara. Puede que no se amen, puede que sí. Mas no interesa, caminan juntos, sonríen, se besan y vuelven a sonreír. Seguro que a su alrededor el mundo baila o parece que baila, es lo mismo para fines prácticos. Me deben ver bailar en la multitud sin saber quién soy. Maravilloso el momento que comparten, maravillosa será la despedida parcial que pre

Libro nuevo

Por fin, después de mucho trabajo y de algunos problemas técnicos, sale a la luz mi segundo libro. Es una recopilación de 80 poemas, algunos inéditos. Espero que a todos les guste. Todas las historias son la Historia- Letras al viento