Confesión
Me
congratulaste gentilmente
por
mi última obra,
antes
de la fría despedida
de
dos casi desconocidos.
Yo
sonreí humildemente,
dije
algo sin sentido,
como
siempre.
Miré
hacia otro lado,
no
por timidez,
sino
porque tu luz
hace
insostenible
mirarte
mucho tiempo.
Ah,
pero no sabías
que
esos versos eran para vos.
Eso
lo guardé
y
guardaré para siempre.
Cada
palabra describe
un
momento y un lugar
donde
vos estuviste
y
fuiste protagonista
en
mis pensamientos.
El
resto es para disimular,
una
metáfora o dos.
Hablar
de la luna,
la
lluvia,
las
flores,
las
princesas,
reinas,
algún
collar extravagante,
vaguedades
para intentar
no
pronunciar tu nombre
en
cada estrofa.
Si
al final de cuentas,
estas
obras no son más
que
un reflejo de tu persona.
Y yo
un espejo,
que
travieso se atreve
a
inmortalizarte
pero
no a decírtelo.
Comentarios
Publicar un comentario