Perdidos en algún lugar


Se desvanecen esas señales
que nos confirmaban un oasis
más allá del desierto.

Un espejismo nos distrajo
como una sirena cantando
a quien navega.

El mar de arena nos envuelve
y nos sumerge despacio,
porque no se gratifica
en las victorias sencillas.

Pero ya se ha perdido la esperanza,
no hay más energía para continuar.

Estamos todos
a la misma distancia
de ningún punto
y el desconocimiento desespera.

Pronto la noche
vendrá gélida
y se llevará
lo que reste en nosotros.

Con el sol,
todavía presumiendo su inmensidad,
basta una mirada para entender
la insignificancia del naufrago.

Ironía es morir
y matar al asesino
en la misma acción.

Con nosotros
también se perderán
el desierto
y los oasis
que no existieron.

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