Testigo en el desierto
El mar se llena despacio
con las lágrimas del cielo
que caen sobre él
o que llegan en torrentes
desde las altas cumbres.
Hay un nombre
que a todos nos duele
y nos arrastra al amor,
al odio,
a la nostalgia
o a la tristeza.
Se edifican castillos sobre falsos
cimientos,
pero no es imposible que el castillo
exista
o que pueda sobrevivir a los
terremotos.
Sin embargo,
dejar pasar los momentos,
matar los sentimientos,
destruye hasta los más firmes suelos.
Esta puede ser la historia de
cualquiera,
pero como siempre,
es el relato que más duele bajo el
firmamento.
¿Ocurrió la catástrofe
si el único testigo
murió en ella?
Él, acaso,
se ha llevado
la respuesta consigo
en el desierto.
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